Benedicto te da alas

Juan 2:14 “Y halló en él a los que vendían bueyes, y ovejas, y palomas, y a los cambiadores sentados”.

Para el que visita la antiquísima ciudad de Roma el paso por la Ciudad de Vaticano es casi obligatorio. Y una vez en “tierra santa” una vuelta por la Catedral de San Pedro y su afamada y vistosa cúpula no se le niega a ningún cristiano. Luego de más de 300 escalones los turistas llegan exhaustos hasta el techo de la iglesia. Aún restan más de 200 curvados peldaños para llegar al “cielo vaticano”. Pero una vez en ese descanso, todos se dan unos minutos para recuperar el aliento. Algunos incluso aprovechan las comodidades papales para tomar otras medidas que los recompongan y les permitan ascender a la cúpula.

Mateo 21:12 “Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y trastornó las mesas de los cambiadores, y las sillas de los que vendían palomas”.

“Ristoro – Refreshment” se lee en el pórtico de una austera puerta. Adentro, “un bar como Dios manda” nos espera para devolvernos el alma al cuerpo y seguir camino. Sillas, mesas, banquetas, barra, barman, vasos, todo lo habitual. Hasta una máquina para servir toda la línea de gaseosas de Coca-Cola. Pero un detalle destaca sobre todos, desde la misma entrada. La cálida y compasiva cara del sumo pontífice nos recibe desde un afiche en una columna. A su lado, como por tomar la bendición, o con la bendición de Benedicto XVI ya tomada, un stand de Red Bull. La bebida energizante por excelencia, a sólo tres euros, puede ser nuestra única salvación para llegar a lo más alto.

Marcos 11:17 “Y les enseñaba diciendo: ¿No está escrito que mi casa, casa de oración será llamada por todas las gentes? Más vosotros la habéis hecho cueva de ladrones”.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

La foto me hizo reír. El título es muy bueno.

Como buen judío, no entendí las citas católicas.

Chau, me voy a hacer la revolución y a tomar un Speed.